Anoche, hizo un año de la muerte de Andrés Montes, ese señor bajito con pajarita que comentaba los partidos de NBA de forma escandalosa y estrafalaria, como su aspecto. Los que lo veíamos en aquellas retransmisiones nocturnas opinábamos dos cosas: quién es este payaso que pone motes a todo el mundo y qué agradables y divertidos hace los tiempos muertos y sus conversaciones con Daimiel. El único tío capaz de parar a Shaquille O'neal en la cena de una entrega de premios para que le contestara a un par de preguntas. Me gusta oír a la gente que lo criticaba pero que, gracias a él, se había enganchado al baloncesto. Sin desmerecer a Ramón Trecet, para mí el mejor comentarista y narrador de baloncesto que yo haya tenido la oportunidad de oír, Andrés Montes marcó una época, ya no sólo por sus motes y sus coletillas. Este señor daba la impresión de gozar, de flipar y de alucinar con cada jugada que veía sobre la pista. Parecía un verdadero seguidor no del equipo, ni del jugador, ni siquiera del deporte, sino del espectáculo. Cuando se pasó al fútbol y confundía a Casillas con Cañizares, a todos nos daba la risa, pero nos gustaba que le preguntara a Salinas por las llaves para abrir la defensa rival. No tenía mucha idea de fútbol, pero hay que ver cómo nos hacía llegar el ambiente del partido a todos los que estábamos en casa. Para muestra, un botón. La semifinal del Mundial de Fútbol de 2006 entre Italia y Alemania. Una prórroga a la antigua usanza, con más goles que en los 90 minutos reglamentarios, con más ocasiones y, lógicamente, más emoción. Esa noche, yo estaba en Leipzig, con los alemanes, estaba con ellos, quería que, ya que España estaba eliminada, ganaran el torneo. Luego vi este vídeo, que colgó en Youtube un internauta alemán, y comprendí el valor del espectáculo que Montes nos transmitió. Porque un locutor debe hacer eso y él lo conseguía constantemente. Porque la vida puede ser maravillosa, siempre en nuestro recuerdo el gran Andrés. Descanse en paz dondequiera que esté, seguramente narrando algún partido.
http://www.youtube.com/watch?v=APeL1Uk1bFk
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Andrés siempre estará en los corazones para todos los que nos poníamos el despertador a las 2 y pico de la mañana. Porque merecía la pena pasar el sábado medio adormilado por oir a este tipo de madrugada. Grande Andrés!
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