De pequeño me decían que antes de cruzar la calle hay que mirar que no venga ningún coche (en ambos sentidos). A partir de ahora hay que decirles a los niños que antes de salir del portal de su casa miren que no venga ningún runner. Hoy he pillado a uno del pescuezo en la puerta de mi edificio.
-Muchacho, se te ve en buena forma.
-Es que salgo a correr.
-Sí, y yo salgo de mi casa. ¿Por qué vas tan rápido? ¡No ves que levantas aire y me das frío!
-Es que me estoy preparando para un diez mil.
-¿Dónde vas, flipao? Si la montaña más alta son ocho mil y pico...
-No, no. En línea recta.
-¿Y no puedes separarte un poco de la pared cuando corres? ¡Que no he echado un pie en la acera y ya casi tengo un accidente!
-Sí, señor.
-Pues hale, corre por el centro de la acera que de estas puertas sale gente por las mañanas.
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