Había una vez un pequeño pueblo donde la gente no cerraba la puerta de casa porque sabía que nadie le iba a robar, donde nadie alquilaba películas porno del sex-shop porque a los cinco minutos todo el pueblo iba a hablar de él (o de ella), y donde los peatones cruzaban la calle sin mirar. Era un pueblo tan pequeño y con tan pocos coches que nadie se molestaba en caminar hasta el paso de cebra para cruzar. Un día, llegó a ese pueblo un señor de la ciudad. Harto del caos de la metrópolis, había comprado un terreno donde quería cultivar tomates y distraerse sin pensar en el tiempo. Cuando un vecino fue a saludarlo, se encontró la puerta cerrada. Una noche, el señor se acercó al sex-shop y alquiló una película porno, cosa que alegró bastante al dueño del local, pues hacía tiempo que no alquilaba nada. Semanas más tarde, cuando todos los habitantes del pueblo ya lo habían tomado por loco, conducía su gran coche por la estrecha carretera a la velocidad que permitía la vía. De la nada, apareció una anciana que quiso cruzar la calle por donde no había paso de cebra. El señor no la pudo esquivar y la atropelló.
-¿Quién ha sido? -preguntó el frutero.
-El que cierra la puerta de casa -contestó la panadera.
-¿El que alquila películas guarras? -gritó el carnicero.
El señor pidió perdón, ayudó a la anciana a levantarse y llamó a una ambulancia. Luego recogió sus tomates, vendió su terreno y volvió a la gran ciudad. Regresó al caos, pero al menos era un caos organizado y lógico, donde la gente cierra la puerta de casa, alquilan películas y si cruzan por donde no hay paso de cebra, al menos reconocen la culpa.
Señores mayores de todas partes: ¡miren antes de cruzar, sobre todo si no hay paso de cebra!
Hoy en el blog:
Las motos ya calientan motores en el circuito de Sepang.
¿Quién sube las películas que nos descargamos de Internet?
Las declaraciones del presidente egipcio Hosni Mubarak.
Recordamos el Ulises de James Joyce y a Sid Vicious.
El cine lo traen IT Crowd y Daniel Sánchez-Arévalo.
La música la ponen Phoenix, Christina Rosenvinge, Catatonia y Kate Nash.
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